miércoles, 30 de mayo de 2007

Pedagogía Laboral y Ciencias de la Educación

1. CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD PROFESIONAL

Nias (1989), desde una perspectiva interaccionista simbólica, sostiene que la identidad es una construcción subjetiva del sí mismo que se vivencia en las interacciones con los otros significativos. Es a través de estas relaciones que el sujeto internaliza la mirada de los otros y “…la imagen que puede percibirse en los demás de la actitud propia, como la actitud colectiva de los grupos sociales organizados”[1]

La construcción identitaria se elabora a través de dos prácticas íntimamente interrelacionadas: una, subjetiva -anclado en los propios deseos y objetivos- y la otra, social en el cual el sujeto se identifica a un colectivo con quienes comparten un mismo quehacer. Esta construcción deviene de un proceso dinámico y evolutivo, por lo tanto no se realiza en un solo momento de la vida y de manera definitiva, sino por el contrario, esta sujeta a cambios constantes en etapas coyunturales de crisis o transiciones del sujeto.

Por otro lado “la identidad profesional se construye mediante un proceso continuo de transacciones biográficas y relacionales sociales. Es el resultado de estas transacciones el que conduce a una identificación fuerte con la institución y el colectivo social de colegas, o por el contrario, a una identificación débil que conduce a la ruptura y al abandono de la profesión”[2] , es decir que la identidad profesional, como realidad psíquica, es diferente a la personalidad, puesto que implica siempre una identidad colectiva, es decir, una cultura profesional a la cual el individuo se siente partícipe. En este sentido, la construcción de nuestra identidad incluye inexorablemente la presencia del Otro.

La identidad, no puede concebirse sin la presencia de un sí mismo. Este deviene como: “una unidad con múltiples subestructuras y el sentido de la identidades mantiene a pesar de estos diferentes aspectos: sí mismo privado, sí mismo profesional, sí mismo para sí, sí mismo para otro, sí mismo ideal, sí mismo verdadero o falso, consciente o inconsciente”[3]

El sí mismo profesional es el encargado de organizar y condicionar la identidad profesional, puesto que dicho sí mismo -como instancia psíquica y sistema multidimensional- abarca todas aquellas relaciones del individuo hacia su sí mismo y hacia los otros significativos en su campo profesional.

El sí mismo al producir la identidad profesional la preserva, sin embargo la identidad resultante presenta, siempre, marcas del colectivo profesional, (sí mismo colectivo), ya que es “marcador y organizador” de la identidad y sobrepasa el poder del si mismo profesional individual.

En este sentido Ada Abraham sostiene que el sí mismo individual interioriza el Superyo colectivo por las ansiedades que éste despierta en el individuo, las mismas pueden ser: las de ser mal visto y por lo tanto sentirse excluido, ó bien, la de sentirse estimado por los otros o ser exitoso.

La identidad profesional es por lo tanto un resultado siempre provisional, un proceso de ajuste y desajuste entre nuestra trayectoria personal y una cultura que esta en continua evolución.

En la misma confluyen armoniosa o contradictoriamente nuestra propias metas, aspiraciones personales con las metas aspiraciones, percepciones y costumbres que se desarrollan y que mantiene el grupo profesional.

Implica por lo tanto una doble dimensión, una doble trayectoria, una personal (biográfica) y una social (relacional).

2. INCUMBENCIAS Y PERFIL DEL LICENCIADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

La Dirección Nacional de Asuntos Universitarios perteneciente al Ministerio Nacional de Educación y Justicia consigna en un acta con fecha 19 de junio de 1985 las incumbencias del Licenciado y del Profesor en Ciencias de la Educación. Entre las competencias estipuladas para la habilitación profesional se citan:

a Diseñar, dirigir, ejecutar y evaluar programas y proyectos destinados a la selección y capacitación de recursos humanos.

a Coordinar, ejecutar y supervisar tareas de diagnóstico, orientación y asistencia psicopedagógica individual, grupal e institucional en la educación, la salud, el trabajo y todos los demás ámbitos que lo requieran.

a Brindar asesoramiento pedagógico a distintas instituciones educativas y comunitarias

Estas incumbencias, entre otras, permite al licenciado abordar nuevos escenarios que trascienden la situación aúlica del contexto escolarizado para incursionar en los ámbitos no formal e informal a través de la modalidad presencial y a distancia.

Asimismo el perfil del profesor y licenciado en Ciencias de la Educación propuesto por la Universidad Nacional de Salta en el plan de carrera 2000 delimita las actividades para las que resulta competente dicho profesional y las enmarca en tres ámbitos de acción:

a Educación formal: es aquella mediada por agentes sociales específicos, con intervenciones directas de carácter más o menos sistemáticos. Hace referencia al sistema educativo estructurado institucionalmente.(...)

a Educación no formal: es aquella que se concreta en servicios no escolares independiente del sistema formal con un rasgo legal poco definido.(...)

a Se entiende por Educación informal a aquella que se concreta en servicios u oportunidades de educación extraescolar, con objetivos de promoción y estimulación educacional, quehaceres y manifestaciones culturales, aplicables a corto plazo, que se orienta hacia la continua actuación y desarrollo profesional. (...) se implementa mediante acciones de animación, información, difusión, de promoción de aprendizajes no intencionales e inestructurados que influyan en la vida cotidiana.[4]

De esta forma la educación no formal está incluida en la educación social, es decir en la educación “a lo largo de toda la vida” que le permite al sujeto desarrollar ciertas competencias y destrezas para su desarrollo personal y para la interacción en la sociedad en la que se encuentra inmerso.

Ahora bien, ¿cómo se pueden generar nuevos esquemas de actuación profesional cuando la formación inicial recibida, en la mayoría de los casos, se ha circunscrito a la educación formal?

Este fue uno de los interrogantes que me movilizaron en la búsqueda de nuevos campos estipulados tanto en las incumbencias como en el perfil del Licenciado en Ciencias de

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